La cuarta encuesta de Deloitte a los Millennials, que se publicó en enero e involucró a 7.800 titulados universitarios que están trabajando en empresas de más de 100 empleados en 29 países, confirmó que esta generación de personas nacidas después de 1982, basa sus expectativas personales y profesionales en determinados valores hoy poco apreciados. La consecuencia de ello podría ser un impulso generacional a cambios sustanciales en la manera de hacer empresa y de entender el equilibrio entre vida personal y profesional.

• El 75% de los Millennials encuestados creen que las empresas están demasiado obsesionadas con sus propios beneficios y que debe haber un cambio para que hagan un aporte positivo a la sociedad.
• Piden un liderazgo más estratégico e inspirador, que tenga capacidad para generar una visión de futuro y sepa transmitirla a los demás.
• Seis de cada 10 personas entrevistadas afirmó que el «sentido de propósito» fue lo que les animó a trabajar por sus empleadores actuales.
• Entre las finalidades de hacer empresa destacan, en orden de importancia, la creación de trabajo, la creación de beneficio económico y el aporte a la sociedad.

«Están enviando una señal muy fuerte a los líderes del mundo que al hacer negocios, deben hacerlo con un propósito” dijo Barry Salzberg, director general de Deloitte Global, al presentar la investigación en enero 2015. Los Millennials piden a las empresas que se centren en las personas y el propósito, y no sólo en los productos y el beneficio. Una exigencia que plantea cambios, especialmente en los mercados desarrollados, para que las empresas sepan atraer y retener talento joven.

No sorprende que las personas mejor formadas de esta generación tengan otras expectativas en cuanto a satisfacción profesional. El equilibrio entre vida personal y vida profesional, por ejemplo, es un tema de interés para una generación que hoy navega en un entorno laboral y profesional extremadamente competitivo, tanto es así que uno de los cursos facultativos más solicitados de la universidad de Harvard, que forma a los futuros directivos y líderes de grandes empresas, es el Curso de la Felicidad.
El curso de libre elección “Éxito y felicidad » alcanzó a finales de 2013 la cifra de 1.400 estudiantes matriculados por semestre. Este curso atrae el 20% de los graduados de Harvard, más que cualquier otro curso sobre economía, que es la especialidad de la casa. Inspirado en el endutaining, una combinación de educación y entretenimiento, el curso de Psicología Positiva y Liderazgo que imparte un profesor de Harvard Tal Ben-Shahar, ofrece formación en calidad de vida a estos estudiantes que tienen una gran probabilidad de llegar a vivir «infelices vidas de éxito«.
Probablemente esta es una de las razones que hace este curso especialmente atractivo para los estudiantes de la selectiva universidad: la idea de prepararse no solo para el negocio y la carrera profesional, sino también para aprender a dejar espacios para el cuidado de la salud, la ética personal y el equilibrio entre la vida privada y la vida profesional.

Las forma de hacer organización y hacer empresa está cambiando a gran velocidad, como ya comentaba en mi artículo «Emprende y no lo sabes«. Las naturaleza de las relaciones profesionales y la forma de trabajar está mutando, los lazos profesionales son hoy más efímeros, ligados a proyectos concretos y más exigentes en términos de eficacia e innovación. La competencia crucial en este entorno es la capacidad de detectar nuevas soluciones y de crear una red de gente capaz alrededor de estas propuestas: en otras palabras, liderar desde la creatividad y la capacidad de crear visión, crear equipos de personas capaces de generar ideas y hacerlas realidad.

En tu opinión, ¿cuales son las competencias necesarias para motivar y guiar a otras personas hacia un objetivo común?  Y según tu experiencia, ¿en qué se diferencian las expectativas de la gente joven en cuanto a aspiraciones profesionales? Te invito a comentar y compartir aquí tus ideas y experiencias.