Acabo de volver del segundo día del Salón Mi Empresa. He estado en diversas ponencias, algunas me han gustado mucho, especialmente aquellas centradas en el marketing de contenidos que más que empujar atrae, ofrece valor y crea una conversación que al final genera fidelidad, aprendizaje, cambio y compras.
Lo que sí noté en todas las ponencias que escuché, fue que el motivo de fondo común era el cambio, sobre todo el cambio de visión, de actitud y de postura personal.
Es cierto que fui a ponencias con las que tenía afinidad, y quizá otras charlas hayan centrado su foco en otro aspecto. De todos modos, el cambio de paradigma en que estamos metidos es indiscutible y también está claro que se requiere algo de acción nuestra parte.
El cliente o usuario hoy es más informado que nunca, quiere elegir y no ser invadido, quiere ver una oferta original, que le dé información relevante que antes no tenía, que tenga un formato útil y aplicable, y además quiere que todo esto le ayude a solucionar un problema, a hacer mejor algo que ya estaba haciendo o hacer algo totalmente nuevo.
Hacen falta muchos diversos ingredientes para elaborar una oferta así, pero de todas las variables en juego destaco la componente humana, una variable crucial que requiere un trabajo específico.
Me explico con una metáfora: los llamados “edificios inteligentes”, aquellos donde la mayoría de los servicios como el aire, la temperatura, la iluminación, la comunicación y otras instalaciones, están automatizados, terminaron siendo conocidos como “edificios enfermos”. Lo que se había diseñado como un sistema tecnológicamente perfecto, hermético y aislado del exterior para asegurar eficiencia y ahorro, dependía 100% de imperfectas personas humanas que echaban a perder tanta perfección.
Algo parecido ocurre con los datos que por cuanto sean objetivos, pasan inevitablemente por el filtro de componente humana.
Porque no hay forma de liderar, convencer, motivar, entusiasmar y conseguir resultados, con tu propio equipo y con tus clientes o usuarios, si no prestamos atención a indicadores como:
• Nuestro desempeño
• Cómo decidimos
• Cómo colaboramos con otras personas, comunicamos y generamos confianza
• Nuestro grado de curiosidad y flexibilidad para anticipar eventos e innovar de manera proactiva
• Nuestra adaptabilidad, intuición y capacidad de influir sobre otros
La tecnología aplicada a las campañas empresariales y corporativas avanza cada día que pasa y tenemos herramientas muy expertas para hacer métricas de todo, analizar el comportamiento de clientes, usuarios y proveedores, identificar sus necesidades y aspiraciones, utilizar palabras y fórmulas eficaces para persuadir y vender más. Pero siempre hay en algún eslabón del proceso, una persona o un equipo de personas que deben interpretar, sacar conclusiones y tomar decisiones en base a estos datos.
Esta es la variable que menos controlamos.
Las personas, además de tomar decisiones, también tienen que implementar estas decisiones. Se crea así una cadena que nace de datos objetivos para hacerse a cada paso más dependiente de interpretaciones: la interpretación de quien analiza los datos, de quien toma decisiones sobre estos análisis, de quien transmite estas decisiones a otras personas, de aquellas personas que reciben las instrucciones y las interpretan según si les llegó con claridad, si les gustó cómo se lo dijeron etc.
Al final, tenemos una secuencia de decisiones acertadas o desacertadas que se tomaron o no se llegaron a tomar, y que engendraron acciones eficaces, no eficaces, desacertadas o perjudiciales.
Todo esto ocurre en base a emociones, no a datos. Explorar este territorio humano que tanto influye sin que nos demos cuenta, se hace urgente y necesario para sacar el máximo provecho de tanta inversión, herramientas, tecnologías y esfuerzo personal y asegurar que no echamos todo a perder por miedo, indecisión y otras emociones que nos limitan y afectan nuestros resultados.
Te invito a que comentes aquí qué opinas sobre esto y hasta qué punto crees tú que las actitudes personales influyen en las relaciones y en los resultados profesionales.
Si tienes experiencias concretas para contar, te invito a que lo hagas, y si quieres contactar directamente conmigo te invito a que lo hagas, contestaré personalmente a tu mensaje.